¿Quién és Javier Arlegui Jiménez, apoderado en ARCELORMITTAL SSC ESPAÑA SA y apoderado en ARCELORMITTAL CONSTRUCCION ESPAÑA SL? 
NEGOCIACIÓN COLECTIVA:
UNA PERSPECTIVA SISTÉMICA
JAVIER ARLEGUI JIMÉNEZ
Doctor Ingeniero Industrial
Universidad Pública de Navarra
Con
 una persona negociando el VII Acuerdo Marco con estos pensamientos y 
toda la sabiduria en negociaciones colectivas, se puede asegurar con 
casi total seguridad que más, nos habría valido a los trabajadores haber
 contratado a este señor para tenerlo en nuestra defensa y no tenerlo 
como parte contraria, y con esto no se quiere poner en entredicho a los representantes de los sindicatos en las negociaciones, pero hoy en día hace falta algo más que buenas formas.
  
 Muchos rompederos de cabeza nos quedan por sufrir con esta persona como
 asesor en la parte de la empresa, se las sabe todas y como bien dice la
 clase obrera, al menos en el mundo occidental, se ha aburguesado y 
sintoniza menos con la lucha de clase como táctica permanente ahí
 que darle toda la razón del mundo, cada vez somos más reacios a 
realizar esfuerzos de la forma que sea, y todavia si cabe aún más, la 
falta de interés por parte de sindicatos de realizar una fuerza 
constante en defensión de los trabajadores y sus derechos, siempre estan
 los "apaños" con el consentimiento por parte de los trabajadores.
  
 Y nos atreveríamos a pensar que lo que se pretende es cerrar las 
instalaciones de Arcelor en España, teniendo en consideración lo 
descrito por esta persona en beneficio de otras instalaciones europeas
La
 imposición autoritaria, el avasallamiento, la prepotencia o la 
humillación del contrario, a la larga generan «leones dormidos» 
preparados para la revancha o el desquite en la primera ocasión 
propicia; con lo cual los problemas no se resuelven, simplemente se 
desactivan temporalmente para favorecer de otra forma y en otro momento,
 estableciéndose una especie de espiral cada vez menos controlable.
En
 muchos casos la conciliación como respuesta a la dureza exige que el 
oponente acepte un «status» inferior y una predisposición a rebajarse, 
ya que en caso contrario su respuesta será diferente a la sugerida por 
la teoría.
 y reconociendo
 que trás un avasallamiento como se ha hecho con la imposición y 
amenazas sobre futuras perdidas de mercado como medida de humillación, 
no se puede esperar nada más que el desquite por parte nuestra y la posible ruptura de acuerdos y negociaciones,  ofreciendo al empresario una buena oportunidad de cierre patronal por desentendimiento con los trabajadores.
   Todo ello por supuesto poniéndonos a los trabajadores o "leones dormidos" como culpables de tal situación.
Dichos comentarios fueron sacados del libro editado por el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social , de total disponibilidad en esta pagina  http://www.empleo.gob.es/es/sec_trabajo/ccncc/descargas/Veinte-anios-negociacion-colectiva.pdf
  
NEGOCIACIÓN COLECTIVA:
UNA PERSPECTIVA SISTÉMICA
JAVIER ARLEGUI JIMÉNEZ
Doctor Ingeniero Industrial
Universidad Pública de Navarra
Hoy
 en cambio imperan dos realidades: la clase obrera, al menos en el mundo
 occidental, se ha aburguesado y sintoniza menos con la lucha de clase 
como táctica permanente, y a la vez, ha ido tomando cuerpo la conciencia
 de las ventajas de la concertación social y de la negociación como 
instrumentos más eficaces que la huelga para garantizar la justicia. 
La negociación
Cada
 vez que un actor moviliza su potencial para influir sobre otro, se da, 
según Alcaide (1987), implícita o explícitamente, una negociación. Este 
proceso permanece implícito si el actor tiene un dominio absoluto sobre 
el otro, pero se vuelve explícito cuando teniendo diferentes grados de 
poder, ninguno tiene un poder absoluto sobre la otra parte, propiciando 
un proceso de negociación porque ningún actor domina o es dominado por 
el resto.
La
 imposición autoritaria, el avasallamiento, la prepotencia o la 
humillación del contrario, a la larga generan «leones dormidos» 
preparados para la revancha o el desquite en la primera ocasión 
propicia; con lo cual los problemas no se resuelven, simplemente se 
desactivan temporalmente para favorecer de otra forma y en otro momento,
 estableciéndose una especie de espiral cada vez menos controlable.
En
 muchos casos la conciliación como respuesta a la dureza exige que el 
oponente acepte un «status» inferior y una predisposición a rebajarse, 
ya que en caso contrario su respuesta será diferente a la sugerida por 
la teoría.
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